jueves, 21 de octubre de 2010

Ajedrez

Porque éramos amigos y a ratos, nos
amábamos;
quizá para añadir otro interés
a los muchos que ya nos obligaban
decidimos jugar juegos de inteligencia.

Pusimos un tablero enfrente
equitativo en piezas, en valores,
en posibilidad de movimientos.
Aprendimos las reglas, les juramos respeto
y empezó la partida.

Henos aquí hace un siglo, sentados,
meditando encarnizadamente
como dar el zarpazo último que aniquile
de modo inapelable y, para siempre, al otro.

Rosario Castellanos

sábado, 16 de octubre de 2010

Ay, lunita tucumana

Porque me importa, pero…
No, no me importa.
¿Adónde?
Si estás lejos, mejor
Si no te veo, mejor
Si estás más lejos, mejor.
No pregunté
La respuesta a la pregunta que no te hice.
Y esta ahí, en mi buzón.
Yo tratando de leer el Quijote
Yo tratando
Pero llega y me dice algo que no debía
Que no era necesario
Pero no me importa
Mejor seleccionar y eliminar.
Ahora sé que pase a ser una más.