viernes, 19 de octubre de 2012

Ebria


Estoy ebria.
Debería esperar que todo baje, que las burbujas se esfumen, que se me calme la sangre.
Pero en vez de eso, escribo, borracha, con ganas, con las burbujas a punto de explotar, con la sangre revolviéndoseme en el estómago, golpeándome como un mar las orillas de la piel, saliéndome de quicio, desguazándome por dentro.
Esperando. Ebria. Escribo.

lunes, 1 de octubre de 2012

Cuadro poema


Nunca fui buena para las artes plásticas, sin embargo, cada tanto, producto de quién sabe que influencias pictóricas o sonoras, se me vienen a la mente figuraciones muy nítidas. Cuadros enteros, figuras, colores, matices. Hasta el marco, la pared y la luz con la que debería ser expuesto al público.
Pero repito, nunca supe dibujar.
En realidad, soy poeta. Mis imágenes se plasman en palabras, en pura retórica.
Decidí entonces pintar estos cuadros que aparecen en mi mente sin palabras, en palabras. En la espera de que algún día, alguien más hábil que yo con el pincel, lo plasme en una tela.

Mi primer cuadro-poema se llama “Las raíces”.
Es un cuadro pensado para verse en principio, desde una distancia considerable. La primera visión, es un árbol frondoso, con grandes, gruesas y nudosas raíces que se clavan en lo parece un suelo muy sólido. La copa del árbol es rosada, llena de lo que parecen flores.
A medida que nos vamos acercando, vemos que las flores, no son flores sino estrellas neuronales, la copa del árbol es un hermoso cerebro, una copa de neuronas que centellean en una actividad febril, con disparos de electricidad, que simulan reflejos del sol. Hacia abajo, el tronco del árbol es una columna vertebral, que se hunde –y se ramifica como arterias – en un suelo abstracto, lleno de colores térreos.
El paisaje se completa con un cielo negro donde asoma un amanecer anaranjado. Se insinúa en rayas, en nebulosas, pero debe dar la sensación, de que inevitablemente, de seguir mirando el cuadro, lo naranja acapararía la superficie desterrando la noche.
El árbol cerebro se alimenta del mundo. Cuánto más mundo, más tierra, más las raíces se hunden y se entrelazan, más flores-neuronas.
El suelo, a su vez, puede estar plagado de pequeños pétalos de colores que van del rojo al rosa, en sus diversos matices: han caído del árbol o volado de otras copas. En todo caso, debe dar idea de fertilidad, de abono del suelo donde caen.

Mi cuadro es bastante figurativo y simbólico. Su sentido es claro, su tema es el saber, la sabiduría, la eclosión de la vida.
Es mi primer cuadro-poema, sean indulgentes en sus críticas.