domingo, 26 de enero de 2014

Al domingo, con amor

No se debe escribir un domingo.
Porque las palabras salen húmedas, con olor a olvido, a recuerdo enmohecido.
Nunca debe uno tomar decisiones un domingo. La única decisión posible es colgarse, es arrojarse a las vías del tren. Y no vamos a poder arrepentirnos el lunes.

Al domingo hay que mirarlo. Con los ojos bien abiertos, inquisitivos. Mirarlo como si esperáramos una respuesta. Descolocarlo, presionarlo, hacerlo llorar. Hasta que salga  corriendo a tirarse por un precipicio.

jueves, 23 de enero de 2014

Nada malo

¿Y qué hay de malo si entre estas cuatro paredes empiezo a pensar en mí misma?
Si leo mis libros, si hago silencio a las preguntas del mundo exterior, si deploro lo material, si me escucho gritar o susurrar por dentro, si miro series nerds y hablo de series nerds con nuevos nerds. ¿Qué hay de malo si no quiero acostarme con el primero que me ofrece su miembro erecto? ¿Qué hay de malo si como helado como si fuera la última vez en la vida?
Arrojada al absurdo, qué hay de malo si lo vivo intensamente.

martes, 14 de enero de 2014

La mariposa que se convirtió en gusano y el corderito devenido en lobo


Se decía feliz, alada, libre, majestuosa en su orgullo, colorida, expansiva, revoloteando aquí y allá, tintineante como campanita. Azul, brillante, pequeña, sutil, bonita.
El cordero, en su corral de miedos, blanco, pasivo, querible en su debilidad, en su lejanía, rumiando despacio pensamientos, caminando, pasando, mirando, mimado.
Un rayo, temblor de hojas, temblor de truenos y de tierra. Encuentros y desencuentros, momento de conejos en celo, momento de conejos saltando, pariendo, prolíficos. Llenando la tierra de candores y ternuras. Devenires conejos, devenir bicicletas, devenir viajero con mochila, caminante, caminantes, devenir amigos, devenir simpleza, devenir…
Todo corre, el tiempo es una barca que siempre pasa a horario, el tiempo tiene guardado nuestro asiento desde siempre, pasillo o ventanilla. El tiempo ayuda a subir y bajar escalones, ríos, mundos.
Y el tiempo transforma, es el motor del devenir: como la semilla en árbol, copa, flor y fruto. Otoño, hojas doradas y quebradizas, cenizas.
El tiempo fue quemando las alas de la alada feliz mariposa bonita libre brillante y azul. Pesadas, gastadas, ajadas, descoloridas, opacas y tristes alas. Capullo, tiempo. Gusano. Arrastrado, pegado a la tierra, triste, solitario y final.
Esquiló al cordero el tiempo, sacó ternuras, sacó debilidades. Afiló colmillos, disparó astucias. Puso dos bolas de fuego en lugar de ojos de cordero. Restó amabilidad, sumo fiereza. Bruto, salvaje, metiendo miedo, no era cordero sino lobo. Acechando, saltando sobre un cerco, marchándose en la noche. Aullando, asustando seres pequeñitos como los gusanos.

viernes, 3 de enero de 2014

Me fui, como quien se desangra

"Centrando mi voluntad en la ejecución de los pequeños hechos, di vuelta mi caballo y, lentamente, me fui para las casas.

Me fui, como quien se desangra."

Ricardo Guiraldes, Don Segundo Sombra.

miércoles, 1 de enero de 2014

Por seguir al Conejo Blanco...

...terminamos ahogándonos en nuestro propio llanto.

“Pronto advirtió que estaba dentro del charco de las lágrimas que había vertido cuando medía dos metros y medio de altura.
     - Desearía no haber llorado tanto – dijo Alicia, mientras nadaba en procura de la salida -. ¡Ahora me castigarán, supongo, por haberme ahogado en mi propio llanto!”