domingo, 20 de noviembre de 2016

Lo bello efímero

Pequeños momentos de apenas algo.
Una ilusión de lo más banal, consciente de su mentira
Te mantiene viva una tarde
Bajo el sol, vas sonriendo
No es felicidad, no es plenitud
Pero es apenas, no llega a ser promesa
Sabés bien que no
No te engañás, no es necesario ya.
Sabés que es efímero, que algo no te pertenece
Y sin embargo te lo dan, brevemente.
Dos sonrisas escoltándome
Permanezco en medio de un tiroteo discursivo
A veces me impactan y se activa el mecanismo simple
De sentirse viva
De sentirse parte ínfima de algo
Que no sé si es o será
Que se construye de un momento que se arma y se desarma
Y no embarco esta incertidumbre en ninguna esperanza
Ellxs
Son demasiado vitales
Y yo me envuelvo en mis miles de capas
Camino a casa.

domingo, 13 de noviembre de 2016

M.H.

Cuando avancé para darle el libro sentí que me fallaban las piernas.
Me saluda “bonjour”. Bonjour. Y le doy La posibilidad de una isla.
Intento decirle en francés lo mucho que lo admiro, creo que se lo dije en húngaro.
Temblaba y quería expresarle mil cosas en esos 30 segundos.
Me dice algo. Me quedo embelesada con el tono de voz y no entiendo lo que dice. Lo repite.
“Patricia”, le digo.
Comienza a escribir la dedicatoria en la primera página.
Me entrega el libro con una media sonrisa, y creo que mi rostro sonreía entero.

“Merci beaucoup”

En el apretón de manos y el agradecimiento, el idioma por fin se hizo fuerte y real.

Sí. Ahora sé que los sueños se cumplen.


13/11/16

domingo, 6 de noviembre de 2016

Burbujas

Ya olvidé lo que iba a escribir.
Era acerca de mis fracasos, de mi llegar tarde a todos lados.
De mi desesperación, de mi cuerpo, de mis explosiones.

Iba a escribir sobre mi misma. Sobre mis kilos de más que bajan puntos en mi autoestima. Sobre todas las exigencias que pongo sobre mí misma.
Sobre mi pretensión de ser genial y ocurrente junto a la pretensión de no pretender nada en absoluto. De mostrarme sin ínfulas, sin máscaras, sin aspirar a llamar la atención de nadie, y sin embargo, queriendo llamar la atención de algunos.

Iba a escribir sobre las redes sociales, sobre las personas que ya no están en mi vida, pero conservo como una cortesía, o una dilatación de la terminante ausencia. De las compañías virtuales que me dan cierto consuelo, de alguna charla amable, una palabra amiga que emociona, pero no llega a encarnarse, a ser cierta, a colmar los intersticios blancos entre mis dedos.

Iba a escribir sobre el verano, la primavera, las flores que explotan, mi cuerpo que carbura y quisiera explotar con otro cuerpo en una danza de deseo y ternura.

Sobre lo que se va, lo que se dispara y se pierde en el horizonte, sobre las compensaciones, las retribuciones que promete La bioguía.

Escribo que mi cabeza es una burbuja que contiene más burbujas. Todo parece querer desaparecer con un roce del aire. Cada pensamiento surge, se diluye y deja una resaca que vuelve y vuelve a las orillas del insomnio.

La tele está encendida y ya no aplasta. Ni el vino, ni la siesta.