lunes, 28 de julio de 2014

Ray of light

Cómo hacer un poema del tamaño de las sensaciones…
Cómo arrojar fuerte, como dados a un paño verde, con la fuerza del azar y de la aventura, un puñado de palabras que bailen y formen el sentido de una experiencia.
Te quise y no te quise en tantos momentos. Amé a otro hasta las lágrimas y necesité su presencia. Después lo olvidé. Te hablé sin sentido, sabiendo. Olvidé todo.
Bailé. Tuve miedo y creí morir.
Te perdí y te encontré en un parpadeo.
Hice el ridículo ante mi misma y me cuidaste de que no me percatara.
Supiste todo de mí esa noche. Me atravesaste con cada rayo de luz.
Me dibujaste y me borraste con cada uno de ellos. 






miércoles, 16 de julio de 2014

Sublimación

La reunión era apacible y todos discurrían agradablemente. Era necesario que sacara mi cuchillo, que tajeara un poco esa superficie sedosa.
Escupí la frase y todos se dieron vuelta. Hubo quienes asintieron, conscientes, reales.
Y hubo quien se aferró más a su mentira. Quién la defendió al punto de exponerla a los ojos de todos.
Sonreí. El escorpión había picado. Podía abandonar el sueño y despertar.

miércoles, 9 de julio de 2014

Tan

Tu forma de lastimarme es tan predecible.

Pero al menos…

Puedo prever el golpe y retirar mi corazón a tiempo.

jueves, 3 de julio de 2014

La bestia

En este momento quisiera un abrazo. Llorar sobre un hombro, que me abracen fuerte mientras lo hago, mientras lloro a los gritos, mientras saco de adentro toda mi podredumbre, mientras acepto al ser despreciable que soy, en el que me he convertido sin saber cómo ni cuándo.
Mi existencia huele mal. Cada nuevo día pienso: ¿y hoy a quién lastimaré? ¿quién decidirá alejarse hoy de mí? ¿quién relacionará mi nombre con un capítulo nefasto de su vida?
Aquí estoy sorprendida ante la mugre que destilo.
Supe hace mucho que habitaba una bestia en mí. Ahora la tengo habitándome completamente, yendo y viniendo por mi sangre, imperando en mi cabeza y moviendo mis manos. El monstruo que temía y dormitaba, ha despertado. Tiene mil cabezas, y va escupiendo mil palabras obscenas, mil actos impúdicos e inmorales.
No debí escucharla, no debí responder a su llamado. No sé cómo volver a dormirla, cómo deshacerme de ella sin aniquilarme.
Dormimos juntas. Es ella esa presión en el pecho, en cada bocanada de aire que aspiro, noche a noche.

Errores

Yo perdí la brújula
Los hilos de mi vida están enredados en las manos de un genio maligno
Espero a mi verdugo, mi salvador
El fin abrupto de mi camino.