sábado, 30 de abril de 2011

Extraña forma

Por qué razón frente a esa panadería siempre surge el mismo pensamiento. La misma lógica, el mismo lento proceder de escalón en escalón hacia la misma constelación de ideas. Por qué esa forma de la repetición disparándose en mi cabeza ante ese cartel, ante esa vidriera adornada de medialunas y vigilantes. Si al menos sirviera para algo. Pero el pensamiento va, baldosa a baldosa, exacto, predeterminado e inútil.
Por suerte, al llegar a la ruta se detiene. Como si se tratara de una lógica barrial, como si temiese a lo que está más allá de sus límites.

sábado, 23 de abril de 2011

Bajo el agua

Te estoy buscando hoy.
Mirando a través del agua, intento ver tu rostro.
Pero sólo veo mi cara tonta de buscarte.
Si pongo mi mano en el agua, me hace gracia que mis dedos parezcan algas que se mueven.
Quisiera tocar algo menos escurridizo que este líquido, cosquillear con mis dedos tu hombro izquierdo. Ver tus lunares, moviéndose como pececitos, bajo las sábanas.

viernes, 15 de abril de 2011

Balbuceo

No puedo tejerte palabras como una bufanda, porque las palabras sólo sé pronunciarlas, y en mi boca nunca suenan como un arrullo, sino como una pedrada. Y en el sueño, en el caos, te protegí, te rodeé con mis palabras y con mis brazos, te arrullé como a un niñito. Imposible recuperar lo que dije, sin tener la intuición de una madre que consuela sin palabras, con un balbuceo simple y acogedor.
Pero no puedo ser tu mamá, porque el destino determinó que yo sea tu hija, y que medie entre nosotros la incomunicación.
Sin embargo hoy, mientras leía y tomaba un mate en la cocina, pasaste a mi lado y me acariciaste la cabeza con palabras tiernas. Tampoco entonces tuve palabras para esa dicha.