jueves, 28 de marzo de 2013

Asepsia


Quizás te molestó que en plena reunión familiar me siente en una mesa a tomar cerveza y a mirar alrededor. O que de todos los invitados, elija de compañía al gato sobre la mesada.
Sé que nunca tendremos como tema de conversación los pormenores de las heces de nuestros hijos. Yo no tengo hijos, y si los tuviera no hablaría de sus heces.
Quizás te incomodó que diga en medio de seis matrimonios que nunca me voy a casar, que no creo en la fidelidad (y ahí tu marido apartaba disimulado la mirada).
Es posible que no entendieras que una mujer puede elegir.
Quizás te molestó ver como aún no termino de ser, no termino de convertirme en algo.
Pero yo te entiendo. Claro que te entiendo.
A nadie le gusta que una mosca se asiente en la mesa de dulces. Hay que taparlos con una campana. 

jueves, 14 de marzo de 2013

Con los primeros fríos


Hace frío, pero me levanté temprano.
Anoche dormí mucho, pero con cierto sobresalto. Tuve sueños donde me perseguía una duda y una culpa. Donde huía, pero a la vez buscaba.
Hace tiempo que busco en algo así como un archivo de mí misma, pedazos de mí, recuerdos de antiguos proyectos, un sentido más allá del día a día.
Y sueño, me armo un escenario mientras duermo y dramatizo mi falta de voluntad, mis indecisiones, todo lo que en la vigilia evito pensar.
Algo en mí pende de un hilo. Es tan frágil que parece no tener peso, no ser nada. Es como yo, algo pequeño y risueño, que se resiste a desaparecer.
Porque siento, cada vez más, que me voy desdibujando, que no toco las cosas, ni los seres, que no dejo huellas, que no piso, no ocupo, no molesto.
Cómo si en el fondo siempre estuviera soñando.
Quizás el frío me dé una sensación de algo, quizás necesitaba salir huyendo de la cama y aferrar eso que se me está yendo del cuerpo. Porque estoy segura de que algo viene o se va con los primeros fríos.