Me quedaría despierta toda la noche tratando de entender la
raíz de mi melancolía.
Si supiera que al llegar la aurora tendría una certeza, mantendría
mis ojos y mis oídos atentos al menor ruido o movimiento. Pensando despacio,
rememorando y atando cabos.
Si supiera que el insomnio trae consigo una verdad profunda
y sencilla como un hueso, aguantaría.
Si la noche fuera una puerta de salida a mi tristeza, qué no
daría yo por llegar al alba, por abrir la puerta.