viernes, 12 de noviembre de 2010

Beatle

Qué se puede decir después de haber visto a un beatle. Nada. Ver a un beatle es sentir. Nada más. Sentir en lo más profundo de una un amor y una paz incomparable. Yo cerré los ojos en muchos momentos, porque quería que esa voz me atravesara, se metiera para siempre en mis venas. Arriba un cielo nocturno limpio me invitaba a salir volando. Si existe algo parecido en mí a una fe, a una disposición mística, lo viví allí.
Una ciudad luminosa a lo lejos. Una medialuna amarilla custodiando el templo. El templo beatle en Buenos Aires.

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