lunes, 30 de enero de 2012

Recomendaciones

Tengo que atarme y amordazarme. Como a Hanibal Lecter. Para no comerme a mi misma. Para no comerte – de a pedacitos – lenta pero imparable. Para no empezar a caer de nuevo por el tubo ese. Ese tubo al final del cual ya no soy mujer, sino monstruo, rata, piraña, mosca verde. Algo innecesario, molesto, mezquino.
O, correr.
Aplastarme bien contra la pared, y que la luz del vigilante no me vea. Tengo que agacharme, lo más posible. Hacerme chiquitita y que la locomotora pase sin tocarme. Y tengo que cortarme las uñas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario