Tuve
que llegar a la verdad por el camino de los silencios
Sentada
en un recodo del camino
Viendo
tu sombra en la pared
Moverse
y bailar
Hacerse
grande y pequeña
Dándome
temor y alegría.
Tuve
que llegar al fondo de las mentiras
Donde
me esperaban las piedras
Duras,
blancas, limpias
De la
verdad.
Como en
el fondo de un arroyo
Se
mueven, van y vienen
Apenas
las piso y ya no están.
Hasta
las rodillas me llega el fango de las mentiras
aquellas
que me dije a mí misma
Del
fondo llega la verdad
Pequeñita,
hiriente.
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