domingo, 26 de septiembre de 2010

Mañana en el Abasto (o cerca)

Un rayo de sol me dijo al oído que despertara. Había soñado un momento futuro, una vigilia que evocaba este encuentro.
A través de la persiana, un recorte azul del cielo. Había luz, había cielo.
Intenté aspirarlo todo, aspirar la tibieza de tu espalda que reflejaba el día; cada lunar, un paso. Tus hombros, mis veredas.

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