jueves, 22 de septiembre de 2011

Lodazal

Esto es un lodazal. Y aquí estamos vos y yo, hundiéndonos confundidos, sin hacer pie, apenas moviéndonos en una viscosidad que se nos pega a los ojos, a las comisuras de los labios, apenas nos deja mover las piernas. Arañar una orilla es en vano, no hay bordes, se desvanece todo intento de salir corriendo. Sólo miramos hacia arriba, hacia un cielo blanco, de inminencia y falsa neutralidad.
¿Cómo hemos caído en este lodazal? Es que acaso no lo vimos o se nos fue ablandando el suelo y no nos dimos cuenta.
Somos inmundos.
Ni siquiera ángeles caídos.

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