jueves, 14 de marzo de 2013

Con los primeros fríos


Hace frío, pero me levanté temprano.
Anoche dormí mucho, pero con cierto sobresalto. Tuve sueños donde me perseguía una duda y una culpa. Donde huía, pero a la vez buscaba.
Hace tiempo que busco en algo así como un archivo de mí misma, pedazos de mí, recuerdos de antiguos proyectos, un sentido más allá del día a día.
Y sueño, me armo un escenario mientras duermo y dramatizo mi falta de voluntad, mis indecisiones, todo lo que en la vigilia evito pensar.
Algo en mí pende de un hilo. Es tan frágil que parece no tener peso, no ser nada. Es como yo, algo pequeño y risueño, que se resiste a desaparecer.
Porque siento, cada vez más, que me voy desdibujando, que no toco las cosas, ni los seres, que no dejo huellas, que no piso, no ocupo, no molesto.
Cómo si en el fondo siempre estuviera soñando.
Quizás el frío me dé una sensación de algo, quizás necesitaba salir huyendo de la cama y aferrar eso que se me está yendo del cuerpo. Porque estoy segura de que algo viene o se va con los primeros fríos.

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