domingo, 11 de agosto de 2013

El equilibrista

Pie a pie sobre el alambre avanza el equilibrista. Titubeante. De a ratos, confiado, pensando que esa línea delgada que se incrusta en la planta de sus pies es suficiente para sostenerlo. Hay una plataforma a la que llegar, en alguna parte. Pero sabe que si se apura, que si se deja ganar por la ansiedad de llegar a un lugar firme, puede perder el equilibrio – el frágil equilibrio – que lo mantiene a salvo de caer.

Pie a pie, lleno de terror, camina. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario