Buscando en ese pequeño mueble
que sostenía una tele 14 pulgadas en blanco y negro, fui encontrando mi destino de
páginas amarillentas.
David Copperfield, novelitas de
aventuras, novelitas regionales. La pequeña biblioteca de la casa de mis tíos
en Virasoro. El piso frío contrastando con el calor del ambiente. Las rodillas
hincadas, sosteniendo mi peso, haciendo equilibrio. El placer nuevo de
preguntarle a la tía qué había para leer.
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