jueves, 13 de diciembre de 2012

La visión de Elina


Una vez, cuando tenía cinco años, le saqué los lentes a mi abuela Clara. Me intrigaba saber cómo veía el mundo, cómo lo veía a través de esos gruesos cristales que le nublaban los ojos verdes. Jugué con ellos un buen rato. Los daba vueltas, los miraba, me los colgaba alrededor del cuello, le abría y cerraba las patitas…
Hasta que me decidí a ponérmelos. Me quedaban grandes. Mi nariz era muy pequeña y el marco de los anteojos muy gruesos. Se me caían, me bailaban en la cara. No podía dejarlos puestos y hacer otra cosa, como hacía la abuela. Tenía que sostenerlos todo el tipo contra mi cara.
Se veía raro a través de ellos. El mundo parecía más grande, más acuoso y deforme.
Mamá me vio, de pronto y me dijo:
-         Elina, sacate eso que te va a hacer mal a la vista.
-         Pero la abuela clara la usa, y le hace bien – contesté.
-         La abuela Clara es viejita, y sin eso no ve nada.
Tenía cinco años cuando vi el mundo como lo veía mi abuela. Grande, acuoso, deforme.

1 comentario:

  1. muy lindo. yo también me puse los lentes de mi abuelo una vez. pero ya no tenian vidrio y eran puro marco.

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