Dejé la
puerta abierta de par de par
Para
que por fin y de una vez por todas
Entre
la soledad.
Amplia,
invisible, implacable.
Es hora
de aceptarla y mirarla a la cara.
De
volverla carne, de que sea eje
Que se
revuelva como gusano dentro mío
Que me
descoloque y me empuje
Que me
haga llorar y me seque las lágrimas.
Quiero
aprender a tenerla cerca
Quiero
que me ayude a buscar
A
esperar y desesperar
Que me
haga ir y venir
Que me haga intentar.
Que me haga intentar.
Algo
tiene que surgir de tanta soledad
De esta
nueva soledad
A la
que doy la bienvenida.
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