jueves, 23 de enero de 2014

Nada malo

¿Y qué hay de malo si entre estas cuatro paredes empiezo a pensar en mí misma?
Si leo mis libros, si hago silencio a las preguntas del mundo exterior, si deploro lo material, si me escucho gritar o susurrar por dentro, si miro series nerds y hablo de series nerds con nuevos nerds. ¿Qué hay de malo si no quiero acostarme con el primero que me ofrece su miembro erecto? ¿Qué hay de malo si como helado como si fuera la última vez en la vida?
Arrojada al absurdo, qué hay de malo si lo vivo intensamente.

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