No me puede embargar el pecho, y sin embargo…
Una mano me presiona el cuello, siento las venas latir enfurecidas, tratando de desasirse de esa forma de encierro.
Siento que mañana, cuando me mire al espejo, voy a ver unas franjas amoratadas subiéndome hacia el mentón. Le sacaré el maquillaje a mamá y disimularé como pueda las marcas.
Andáte, voláte, no olvides tu campera.
O tu capa: esto es vampirismo puro.
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