jueves, 1 de mayo de 2014

Opciones

Debería ser una opción aceptar.
Debería ser una opción tomar el sentimiento, ponerlo como piedra en mitad del camino y hacer algo con él.
Si cierro los ojos me pego el palo, si lo abrazo, me paralizo.
Mejor lo escupo. Lo rompo. Con otros sentimientos como pedradas.
¿Qué me importa?
¿Qué te importa que tenga un sentimiento duro como un cascote en mitad del pecho, que duele cada vez que abrís la boca, que duele cada vez que abrís los ojos?
Tengo que dejar de caminar tan desnuda, tan descalza, por cualquier ruta, bajo cualquier sol.
Tengo que rechazar ese almohadón que me ofrecés. Tengo que sentarme sobre un banco frío hasta que se me congele el cuerpo, hasta que se me congele cualquier apariencia de sentimiento.
¿Tengo, acaso, alguna opción?

No hay comentarios:

Publicar un comentario